sábado, 29 de diciembre de 2012
"Crecer es aprender a despedirse"
Cuando, por fin, recogí los restos de mis cenizas
para llorar por lo que sigo sin tener;
Cuando el estruendo de tu voz despertó en mí
una estela que me recorría la espina;
Cuando me acerqué a San Pedro preguntando
si había sitio para una vagabunda.
Vi aquello que se me estaba escapando.
Vi cómo tus pies golpeaban con nervio el asfalto, marcando ritmos siempre asistemáticos, sólo sincronizados por tu posible humor.
Vi caer a mis dioses desde lo alto de sus caballos,
y agarrándome a sus crines dorados susurré promesas inaudibles de grandeza y de amor; hasta que hubieron resbalado mis dedos, dejándome desamparada en el desecho del desgraciado que dimite antes de sucumbir al deseo.
Cuánto tiempo se ha invertido en empresas abocadas al fracaso,
cuántas veces he soñado con finales alternativos,
cuánto más podría haber aguantado semejante tortura,
aquella que aguarda a los corazones perplejos, huérfanos de cuna y vacíos de esencia.
Sobrevivir al mal trago del adiós una vez más.
Pensando, quizás,que era lo mejor.
Siempre pensando en el bien de quien me domine,
en detrimento del mío propio.
Siempre pendiente del viento que sacudías con tus carcajadas infantiles.
Quise perecer en el umbral de tus caderas
porque era allí donde mi vida me llamaba a voces.
A gritos me hablaba de unos planes inconcretos
y, por ello mismo, incontestables.
Salté desde el paraje más elevado que encontré.
Reventé mi pecho al gritarle a la nada tu nombre.
Un nombre que ahora desconozco,
porque no lleva atado mi desorden.
Si quisiera rebuscar entre la basura de mi sesera,
las últimas migajas de esperanza,
tan sólo hallaría el camino que conduce a la amargura
de recordar todo lo que hice por y para nada.
Ahora todo esto sólo son palabras,
dagas lanzadas al aire,
piedras que rebotan sobre el agua que un día te bailaba.
Sólo son cenizas,
impacientes por volar.
martes, 27 de noviembre de 2012
Cuando pases por aqui
martes, 14 de agosto de 2012
Give me a drink.
Entonces pense en la posibilidad de caerme. La calle de los Vascos estaba mojada por la tremenda lluvia que habia caido durante la noche. Y yo corriendo... pero espera, por que corria?
Me frene en seco en mitad de la carretera, jadeante, y mire a mi alrededor. La bocina de un taxi me desperto de mi delirio y me lance hacia la acera. Esta falta de equilibrio inminente solo podia significar una cosa: estaba borracha. Tirada a los pies del semaforo intente recordar que habia estado ocurriendo para que decidieran mis piernas huir del lugar como alma que lleva el diablo.
Entre la bruma de recuerdos "reconstruidos" se me insinuo un perfume de mujer. Olia a bosque de pinos; a libro recien estrenado, a brisa marina. El perfume se impregno en cada recoveco de mi memoria, se pego a cada recuerdo y descoloco todo lo demas. Ya ni sabia que intentaba recuperar. Ahora solo habia un olor a bosque, a libro recien estrenado, a brisa marina.
[ LAPSO ]
Ahora estoy sentada en un banco y estoy adiestrando una masilla de Amsterdammer. Siempre me ha gustado el tacto del tabaco de liar. Lo cierto es que el proceso desde que conviertes ese amasijo indomable de fideos adictivos en un refinado instrumento de matar es merecedor de mi devocion. Me produce curiosidad ver que saldran de estas manos anarquistas.
Humo.
Intento simular la neblina de mis recuerdos para aprender a ver a traves de ella. Pero Tanatos que es muy astuto, saca el mismo tema una y otra vez.
- "Estas aqui sentada, despedazada por la embriaguez, mientras ella duerme tranquila en su edredon, soñando con eventos que no te incluyen, acontecen sin tu saberlo. Hasta ahora."
- "Parece ser que sigo siendo yo, entonces..."
- "Ni una duda te quepa. Sigues siendo merecedora de este banco mas que del amor."
- "Siento un agujero en el estomago..."
- "Tranquila, solo es vomito."
Efectivamente, asi era. Pero algo mas habia porque una y otra vez rocie el suelo mientras unos chavales me miraban entre perplejos y entretenidos; y ese vacio persistia.
miércoles, 15 de febrero de 2012
Versos para el invierno (I)
Con el ímpetu del vendaval ártico
Y el candor del sol crepuscular
Me agitas de un lado a otro
De este continuo del bien y el mal.
Soy invencible cuando me miras,
El temor viejo de la soledad
Se despedaza frente a mí
Como una mentira tornada verdad.
Así es como pienso
Día y noche.
Perturbas mi sueño
Perviertes mi lógica
Y te acuestas con mis deseos.
Sola entre la multitud
Buscando tus ojos desafiantes
Como si fueran dagas lanzadas al azar.
Suerte de algunos que gozan de ella
Sin pedir nada a cambio.
Esta incomodidad vital
Me persigue como una sombra.
Nada es irreal.
Es así como ocurre en mi pensar.
Todo converge en un punto.
Ya esconderme me parece irrelevante.
Prefiero apretar ya el gatillo.
Volarme la cabeza y perder la imaginación, la memoria y la cobardía.
Sobre todo para perderte a ti.
Que tu imagen poco a poco
Se deslice por mi pelo,
Acaricie a su paso mis labios,
Baje por mi vientre
Y se desvanezca entre mis dedos.