miércoles, 15 de febrero de 2012

Versos para el invierno (I)

Con el ímpetu del vendaval ártico

Y el candor del sol crepuscular

Me agitas de un lado a otro

De este continuo del bien y el mal.

Soy invencible cuando me miras,

El temor viejo de la soledad

Se despedaza frente a mí

Como una mentira tornada verdad.

Así es como pienso

Día y noche.

Perturbas mi sueño

Perviertes mi lógica

Y te acuestas con mis deseos.

Sola entre la multitud

Buscando tus ojos desafiantes

Como si fueran dagas lanzadas al azar.

Suerte de algunos que gozan de ella

Sin pedir nada a cambio.

Esta incomodidad vital

Me persigue como una sombra.

Nada es irreal.

Es así como ocurre en mi pensar.

Todo converge en un punto.

Ya esconderme me parece irrelevante.

Prefiero apretar ya el gatillo.

Volarme la cabeza y perder la imaginación, la memoria y la cobardía.

Sobre todo para perderte a ti.

Que tu imagen poco a poco

Se deslice por mi pelo,

Acaricie a su paso mis labios,

Baje por mi vientre

Y se desvanezca entre mis dedos.