Con el ímpetu del vendaval ártico
Y el candor del sol crepuscular
Me agitas de un lado a otro
De este continuo del bien y el mal.
Soy invencible cuando me miras,
El temor viejo de la soledad
Se despedaza frente a mí
Como una mentira tornada verdad.
Así es como pienso
Día y noche.
Perturbas mi sueño
Perviertes mi lógica
Y te acuestas con mis deseos.
Sola entre la multitud
Buscando tus ojos desafiantes
Como si fueran dagas lanzadas al azar.
Suerte de algunos que gozan de ella
Sin pedir nada a cambio.
Esta incomodidad vital
Me persigue como una sombra.
Nada es irreal.
Es así como ocurre en mi pensar.
Todo converge en un punto.
Ya esconderme me parece irrelevante.
Prefiero apretar ya el gatillo.
Volarme la cabeza y perder la imaginación, la memoria y la cobardía.
Sobre todo para perderte a ti.
Que tu imagen poco a poco
Se deslice por mi pelo,
Acaricie a su paso mis labios,
Baje por mi vientre
Y se desvanezca entre mis dedos.