Es aqui y ahora. Cuando la inocencia se desvia bajo el influjo de una noche aun imberbe. El corazon de Chekila se estremece, se duele de esta impotencia. Los fantasmas taciturnos invaden su ser como una jauria hambrienta de tragedia. Viva esta tragedia y el sentimiento que esto cause.
Chekila es el mismo en su propia esencia. Canta, porque le gusta cantar. Fumar... ya no hablemos de fumar. Es el deber de todo Chekila envolver sus ideas en el cigarrillo humeante. Fiel parteneur de las vicisitudes de la existencia nuestra, singular. De todos y de nadie, propio e impersonal. Dejemosle pues, no tiene sentido prolongar.
Espera. Chekila espera el inicio de este ocaso inmaculado. El ronroneo del piano se cuela por el oido y seduce nuestra imbecilidad. Somos locos todos pero con musica, algo mas cuerdos. Arranca. Empezamos a caer. Bendito bucle de locuras en entredicho y de haberlo dicho, para que hacerlas. Somos imparables y el viento no cesa. Persiste, insiste y EXISTE. Existe porque lo sentimos. Nuestra persona vibra como una cuerda de guitarra al tacto de un artista. Solo aquel artista que recorre el mastil con maestria y sin impurezas. Ellas, las justas. Nosotros, con las nuestras.
El motor se cala. Mira mis dedos. Se miran unos a otros con desconcierto. Quien debera ir primero en este enlace de teclas? Esta percusion algo agobiante pone ritmo y color a un texto aburrido como el que mas. Nace en el fondo roido de mi alma. Mi alma solo habla este idioma. Quiero decir, que yo tampoco le entiendo. He's rollin' solo.
Ultima vez que me reinicio. El fin se acerca, el sol se va poniendo mientras los gatos salen a pasear. El neon les marca el camino. Madrid nos guia. Somos callejeros que buscan una salida. Distinta a la de la noche anterior, pero igual que la del siguiente dia. Y apsi, todos los dias de nuestra vida. Hasta que la muerte nos depare, Chekila.
viernes, 17 de junio de 2011
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