sábado, 29 de mayo de 2010

Un estudio de historia

Habiendome dado por perdida hace ya mas tiempo del que pudiera acordarme, me encuentro a solas con este enfermizo saludo entre mi presente y el destiempo. No quiero pensar (por si acaso) que el fantasma del sufrimiento siempre llega sin ser invitado.

Como podriamos definir el angel del artista? La esencia misma de su espiritu alocado y vehemente, sediento de turbios encuentros mas alla del mundo aparente. No es que te desprecie, precioso mundo colorido, es que es muy dificil mantenerme atada a un solo junco. Mi alma vuela libre en busca de quimeras que nunca alcanzara, paisajes idilicos, que nunca visitara; mis pies sienten la brisa y se estremecen: me recuerdan que soy humana y que estos viajes intergalaticos no son mas que suenyos.

Hablamos todos solos, nadie realmente escucha, porque el deseo del artista se fragua en una realidad abrupta. No nos impresionan desamores ajenos, que suficiente tenemos con lo nuestro; hablamos vuestro idioma y desentonamos cuando queremos, sera por eso que nos quereis tanto, y mas que querernos, nos deseais.

Somos la llama encendida en una hoguera ya expirada, pintamos el dia a dia con colores que no han sido aun inventados, cantamos melodias que descansan sobre acordes deprimidos, ellos se disuelven en el aire y se llevan mi cuerpo.

No quiero que me feliciteis, mis logros no son vuestros. Me desenvuelvo con facilidad entre estos cuatro muros pero no me haceis ningun favor, haciendo de mi dia un circo nuevo. Ahora empieza lo bueno, ahora ya no tengo armadura materna. Yo sola contra el mundo y el mundo entero en mi contra.

Querido mundo, no te odio; realmente te necesito. Necesito criticar algo y beber del aire que espiras. Ya me he perdido... peligroso laberinto el del artista. Lleno de cruces, interseccion... y solo una salida. Una salida dual: victoria para el que ha gestado su obra maestra y suicidio para el desgraciado que no tiene luz.

Todo se resume en una rafaga de humo negro que envuelve nuestras mentes y nos induce a creer en nuestro destino. Que destino me espera a mi? Esa es la verdadera pregunta; la vida y sus sentidos no nos solucionara nuestras crisis existenciales, solo otra crisis podria salvarnos de nosotros mismos. De crisis en crisis deambula el artista, abrigado por un manto oscuro de estrellas y amparado por la muerte y sus hazanyas, o azada, o como quiera aquello llamarse.

Deberia o no deberia retomar mi responsabilidad? Tiene sentido agarrarme al cordel que me ahorca? O dejare que me extinga? Vuestras voces se vuelven tenues, se desvanecen por el pasillo, poco me queda por deciros; mis palabras no quieren ya dirigirse a vosotros... No os molesteis en elevarme a las mas altas cotas, que ya veo bien desde aqui el Coloso que os acongoja. Bendito gigante atormentador, tu dedicate a entorpecer nuestros suenyos de gloria, que Hercules no sabe donde vives y hoy no le toca hacer Historia.